Caleta Cobija, ubicada en la comuna de Tocopilla, en la región de Antofagasta, se encuentra a 58 km al sur de Tocopilla y a 128 km al norte de Antofagasta, en la costa del océano Pacífico.
La historia de esta caleta se remonta a los Camanchacos o Changos, quienes habitaron temporalmente la zona hace unos 7.000 años a.C. Este pueblo nómada vivía principalmente de los recursos del mar, dedicándose a la pesca, marisquería, caza de lobos marinos y guanacos, así como a la recolección de playa. Un elemento cultural distintivo fue la fabricación de balsas de cuero de lobo marino, que les permitía realizar intercambios con los pueblos del interior, principalmente los Atacameños. Para estos intercambios, utilizaban caravanas de llamas que conectaban la costa con el mundo andino.
En 1587, durante la colonización española, se fundó Cobija bajo el nombre de Santa María Magdalena de Cobija, con el propósito de ofrecer refugio a los marinos que navegaban por esta inhóspita costa. Posteriormente, en 1825, el puerto pasó a formar parte de Bolivia bajo el nombre de Puerto Lamar, fundado por orden de Simón Bolívar para promover el comercio.
Durante el siglo XIX, Cobija creció rápidamente y llegó a albergar a 5.000 habitantes en su mejor momento. El puerto se conectaba con las minas de Pulacayo a través de largas caravanas de mulas que recorrían 520 kilómetros por el desierto. Sin embargo, la prosperidad de Cobija se vio interrumpida por un devastador terremoto en 1868 y una epidemia de fiebre amarilla al año siguiente. En 1877, otro terremoto, seguido de un tsunami, destruyó por completo el puerto.
Con la ocupación chilena de Antofagasta en 1879 y el inicio de la Guerra del Pacífico, Cobija pasó a formar parte del territorio chileno. Aunque perdió su importancia como puerto, Cobija se mantuvo habitada por descendientes de los Changos, quienes conservaron sus tradiciones pesqueras.
Hoy en día, Cobija es un tranquilo caserío de pescadores que coexiste con las ruinas de su antigua ciudad. Familias como la de doña Aurora Pinto llegaron en 1950 y se establecieron en la caleta, manteniendo viva la historia y las costumbres del lugar.
En la actualidad, la caleta está organizada en sindicatos de pescadores y una junta de vecinos, con una fuerte identidad changa. En 2022, se celebró el primer encuentro ceremonial intercultural del Pueblo Chango, reforzando la conexión entre los habitantes actuales y su legado cultural.
Caleta Cobija alberga numerosos vestigios arqueológicos, incluyendo conchales y cementerios changos. Las ruinas del Puerto Lamar, declarado Zona Típica en 1981, aún se pueden observar, aunque su cementerio ha sido profanado a lo largo de los años.
En cuanto a recursos naturales, el área es rica en fauna marina, destacando especies como el pulpo (Octopus mimus). Para conservar estos recursos, la comunidad cuenta con un área de manejo donde cultivan huiro, loco, lapa, erizo y pulpo.
La caleta también ofrece una playa tranquila, ideal para la recreación familiar, con una temperatura promedio en verano de 20°C. Además, se puede caminar por la punta Cobija, una península rocosa perfecta para disfrutar de impresionantes vistas costeras y tomar fotografías.
La pesca deportiva en Caleta Cobija es una actividad popular. Entre las especies más buscadas están el mono o bonito (Sarda chilensis), conocido por su alto contenido de omega 3 y 6, así como la cabrilla (Paralabrax humeralis) y el jurel (Trachurus murphi), cuyas carnes son muy apreciadas en la gastronomía local.
Los habitantes de Cobija son conocidos por su amabilidad y amplio conocimiento de la historia del lugar, haciendo de esta caleta un destino imperdible para quienes deseen conocer más sobre la cultura changa y disfrutar de la naturaleza.