Ubicada a 54 km al norte de Taltal, la caleta Paposo es un lugar donde sus habitantes se dedican a la pesca, el buceo y la recolección de orilla, alternando estas actividades con la pequeña minería. Este pintoresco lugar ofrece una gastronomía marina destacada, con productos frescos y locales, muchos de ellos cultivados en áreas de manejo gestionadas por el sindicato de pescadores de la caleta.
En Paposo, la Agrupación de Mujeres Trabajadoras está revitalizando la cocina ancestral, utilizando productos marinos poco convencionales, como los apretadores (Plaxiphora mercatoris Leloup) y el poto de mar (Phymactis papillosa). Estos ingredientes, tradicionalmente ignorados, ahora se transforman en exquisitos platos gourmet.
Paposo tiene una historia milenaria, vinculada a las primeras culturas nómadas que recorrieron la costa del norte grande de Chile. Durante la época republicana, la caleta adquirió relevancia geopolítica al albergar el Hito 25, que marcaba la frontera entre Chile y Bolivia antes de la Guerra del Pacífico.
Además de su legado cultural, Paposo está rodeada de impresionantes paisajes. Desde la caleta, se puede admirar la majestuosa Cordillera de la Costa, hogar de un ecosistema endémico conocido como Oasis de Niebla. Aquí, la constante presencia de la camanchaca da vida a un paisaje único.
Una particularidad del paisaje actual es la presencia de burros silvestres, un recordatorio de la intensa actividad minera de la zona. Estos animales, utilizados en tiempos pasados para transportar minerales, ahora deambulan libremente por la franja litoral, añadiendo un encanto especial a la zona.
La costa de Taltal y, en particular, la caleta Paposo han sido habitadas durante milenios. Los primeros asentamientos corresponden a la Cultura Huentelauquén, cazadores recolectores que vivieron en la región hace más de 8.000 años. Los Changos, descendientes de esta cultura, se establecieron en la zona de forma permanente, gracias a la abundancia de recursos marinos y agua potable en las cercanías.
Hoy en día, en Paposo aún se preserva la cultura changa. Existen organizaciones sociales que rescatan y promueven esta herencia ancestral, manteniendo viva una forma de vida que ha perdurado por siglos.
Desde sus orígenes, Paposo ha basado su economía en una mezcla de actividades, como la pesca, la caza, la recolección y la minería. Aunque los tiempos han cambiado, esta articulación de actividades sigue vigente, adaptándose a los nuevos contextos tecnológicos y sociales.
En tiempos más recientes, Paposo jugó un papel crucial como frontera norte de Chile. En 1843, con la creación de la provincia de Atacama, Paposo fue designada como el último asentamiento en el norte de Chile. Posteriormente, el Tratado de Límites entre Chile y Bolivia de 1866 fijó la frontera en el paralelo 24°S, otorgando a Paposo una importancia geopolítica significativa.
A lo largo de los tratados de 1866 y 1874, Paposo fue el último poblado chileno en la frontera norte, y su monolito del Hito 25 recuerda la antigua división entre ambos países.
El paisaje geográfico de Paposo es tan impactante como su historia. La Sierra Vicuña Mackenna, parte de la Cordillera de la Costa, alcanza su mayor altura en esta región, con cimas que superan los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Este imponente farellón actúa como un biombo climático, atrapando la humedad oceánica y creando un ecosistema único: el Oasis de Niebla.
Aquí se encuentran los cactus columnares (Eulychnia iquiquensis), cubiertos de líquenes conocidos como «barbas de viejo», que absorben la humedad de la camanchaca. Este fenómeno proporciona agua a diversas especies de flora y fauna, como los guanacos y el zorro chilla, que habitan este frágil ecosistema.